LA ILUMINACIÓN Y LOS EFECTOS VISUALES
Rendimiento visual
La iluminación para el trabajo abarca una amplia gama de interiores y de tareas laborales diferentes: desde oficinas y pequeños talleres a grandes naves industriales; desde la lectura, escritura y trabajo con ordenadores a trabajos de gran precisión o pesadas tareas fabriles.
La calidad de la iluminación debe ser siempre lo bastante elevada como para garantizar un rendimiento visual suficiente en la tarea en cuestión. Sin embargo, el rendimiento visual real de una persona depende no solo de la calidad de la iluminación sino también de sus propias “habilidades visuales”. A este respecto la edad es un criterio importante, ya que los requisitos que debe cumplir la iluminación aumentan con la edad. Una de las muchas razones de este efecto de la edad es el deterioro de la transmitancia del cristalino: éste se suele volver amarillento poco a poco. Tal deterioro significa que el cristalino en proceso de envejecimiento tiene una transmitancia inferior.
El rendimiento visual de los trabajadores mayores es considerablemente inferior. Afortunadamente se puede compensar por completo esta situación con un nivel de iluminación superior cuando se trata de tareas de dificultad moderada. En la práctica, esto exige una iluminación adaptable sobre el nivel de iluminación exigido por la norma para los momentos en que la luz natural no basta para proporcionar los niveles de iluminación más elevados que necesitan los trabajadores de mayor edad.
Por supuesto que una mejora en los resultados de rendimiento visual conlleva a su vez una mayor productividad en el trabajo que se refleja en una mayor producción y un menor número de errores. El grado en que una iluminación de buena calidad mejora el rendimiento en el trabajo depende del componente visual de la tarea. Una tarea con un componente visual importante se beneficiará más de las condiciones que afecten a la visión que una tarea donde este componente tenga menos importancia.
Entorno visual
Aparte de su efecto sobre el rendimiento visual, la iluminación puede tener también una notable influencia sobre la atmosfera y sobre la impresión visual que produce el lugar de trabajo. Si está bien diseñado, el entorno general de trabajo puede tener un efecto estimulante sobre las personas que trabajan en él.
Hoy día se ha puesto mucho énfasis en la disposición y en el diseño interior del lugar de trabajo. La buena iluminación puede fortalecer el diseño interior, pero un mal diseñada puede reducir o incluso “destruir” el efecto del diseño interior.
Un aspecto importante a este respecto es el control del brillo de las superficies que forman los límites físicos del espacio, como las paredes, el suelo y el techo. El brillo de estas superficies determina en gran medida cómo se vive el espacio en su conjunto. Otro factor es una limitación correcta del deslumbramiento y de los reflejos luminosos indeseables. El deslumbramiento es la sensación que produce un nivel de brillo del campo visual considerablemente superior a aquel al que están adaptados nuestros ojos. Debido a las limitaciones de las propiedades de adaptación del ojo, los cambios abruptos del brillo pueden dar lugar a un menor rendimiento visual y a cansancio e incomodidad el ojo.
Aspectos de calidad de las instalaciones de iluminación relacionados con la visión
Los aspectos de calidad visual de las instalaciones de iluminación, es decir, el nivel de iluminación, la distribución espacial de la luz y el ajuste de los efectos de color se deben refinar y ampliar si queremos conseguir instalaciones de iluminación verdaderamente “buenas y sanas”. Los efectos biológicos de la luz no están controlados directamente por la iluminancia existente en el plano de trabajo, sino por la luz que entra en el ojo. Se están realizando estudios para ver la manera de explicar esta diferencia entre el “nivel de iluminación visual presente en la tarea” y los “niveles de iluminación biológicos”. Tal y como se ha indicado, y sobre todo por el efecto del envejecimiento del ojo, el nivel de iluminación debe ser adaptable. La luz solar, por su propia naturaleza, tiene una intensidad dinámica.
Algunos datos indican que una iluminación variable tiene un efecto positivo sobre el estado de activación de las personas que trabajan en un entorno de oficina. Allí donde no se pueda disponer de las ventajas de la intensidad dinámica propia de la luz natural puede ser ventajosa la luz artificial dinámica. Dos aspectos totalmente nuevos se relacionan con la temporización y duración de la iluminación. Es obvio que, visualmente, sólo se necesita la luz cuando uno “ve” y mientras uno “ve”. Sin embargo, desde el punto de vista biológico, el momento en que se recibe la luz (o la oscuridad) y su duración juegan un papel esencial. Siempre hemos sido conscientes de que el color mismo de la luz tiene un significado emocional y, por lo tanto, es importante para la atmósfera de un espacio. Pero ahora entendemos también que el espectro de la luz, y por lo tanto su color, tiene un significado biológico importante.
Como expertos en electricidad industrial conocemos cuan importantes son los beneficios que conlleva la buena iluminación de las zonas de trabajo, tomando en cuenta tanto los efectos visuales como los efectos biológicos (es decir, la salud, el bienestar y la vigilia). Aparte de las ventajas para la salud y el bienestar para los mismos trabajadores, una buena iluminación da lugar a un mejor rendimiento en el trabajo (velocidad), menos errores o rechazos, mayor seguridad, menos accidentes laborales. El efecto general de todo ello es: mayor productividad.